Análisis de mercado

2024: aprendizajes en un año de contrastes financieros

Publicado el 7 enero 2025

El 2024 fue un año lleno de desafíos y oportunidades para los mercados financieros globales. Mientras la Renta Variable brilló gracias al sector de tecnología y el entusiasmo alrededor de la Inteligencia Artificial (IA), la Renta Fija enfrentó desafíos, con alzas de tasas en algunos de los principales mercados, incluso con el inicio de recortes de tasas de los principales bancos centrales. Por su parte, los commodities vivieron un año de marcada volatilidad, con un oro al alza y un petróleo en descenso.

Desde SURA Investments, nuestros expertos analizaron los principales hitos del año que acaba de terminar, destacando lecciones para los inversionistas que buscan capitalizar las oportunidades y mitigar los riesgos en un entorno dinámico y desafiante.

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Tecnología e IA: impulsores de la Renta Variable

El 2024 consolidó a la Renta Variable global como un área clave de rentabilidad, impulsada por el desempeño excepcional de las grandes tecnológicas estadounidenses, con NVIDIA liderando los avances del S&P500 hacia máximos históricos. Incluso, el auge de la Inteligencia Artificial (IA) impulsó la valorización de empresas tecnológicas como la taiwanesa TSMC y la china Tencent, que dinamizaron las bolsas asiáticas.

Sin embargo, no todas las regiones compartieron este optimismo. En Latinoamérica, la Renta Variable tuvo un desempeño negativo, afectada por incertidumbre política, factores climáticos y un entorno global menos favorable para las economías emergentes.

En los casos de Europa y Japón, el desempeño fue positivo en moneda local, pero se vio mermado en dólares debido a la fortaleza de la divisa norteamericana. La Eurozona mostró signos de recuperación en el tercer trimestre, aunque los resultados corporativos no lograron superar las expectativas de los analistas.

Renta Fija, entre la cautela y la volatilidad

Para el mercado de Renta Fija, en cambio, 2024 fue un año de ajustes. La Reserva Federal de EE. UU. inició un ciclo de recortes de tasas en septiembre que se extendieron por el último tramo, cerrando en 4.25%, con una reducción total de 100 pbs durante el año. No obstante, ante una inflación que mostró resistencia para converger al rango meta de los bancos centrales, las expectativas sobre la trayectoria de recortes se ajustó al alza generando volatilidad en los bonos del Tesoro.

La deuda corporativa en dólares de grado especulativo sobresalió por sus retornos positivos, mientras que la deuda de mercados emergentes en moneda local enfrentó presiones, especialmente en América Latina. En esta región, factores como la depreciación del peso mexicano y el real brasileño impactaron la rentabilidad.

En Colombia, por su parte, los bonos TES cerraron el año con un rendimiento del 1.2%, mientras que la deuda en UVR alcanzó un 1.5%. Sin embargo, las tensiones fiscales y la incertidumbre política incrementaron la prima de riesgo, favoreciendo alternativas de menor duración.

La volatilidad marcó a las materias primas

El mercado de materias primas tuvo un comportamiento desigual. El oro fue uno de los grandes ganadores del año, con una valorización del 27%. La demanda de los bancos centrales de China, India y Turquía impulsó el precio del metal precioso, que se posicionó como una alternativa de refugio, en un contexto de incertidumbre geopolítica y monetaria, tras la decisión de EE. UU. de congelar los activos rusos.

Por otro lado, el cobre mostró un alza moderada del 4%, en medio de la desaceleración económica de China. A pesar de la volatilidad, el metal sigue siendo clave para tecnologías limpias, y se proyecta una recuperación de su demanda en el mediano plazo.

El petróleo Brent, en cambio, cerró el año con una caída del 5%, afectado por la menor demanda china y el aumento en la producción interna de EE. UU. Este comportamiento tuvo un impacto significativo en países exportadores de crudo, reflejando la necesidad de diversificar fuentes de ingreso.

Aprendizajes para las inversiones en 2025

El 2024 dejó lecciones fundamentales para los inversionistas: la tecnología y la IA se afianzan como motores de crecimiento y rentabilidad, mientras que la incertidumbre política y económica recuerda la importancia de diversificar portafolios.

De cara al 2025, en SURA Investments creemos que la cautela y la gestión activa serán esenciales para navegar un mercado que, aunque prometedor, seguirá marcado por la volatilidad. Nuestro equipo de expertos está preparado para ofrecer asesoría personalizada y soluciones estratégicas que integren sostenibilidad y rentabilidad.

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