Asesoría en Inversiones

El oro a través de la historia, y su rol en un portafolio

Publicado el 19 febrero 2021

Duración: 3 min de lectura

El oro, a lo largo de más de cinco mil años, ha estado presente en la historia de la humanidad. Por su valor emocional, cultural, financiero, y por sus características únicas como metal, sigue siendo un activo refugio en situaciones de incertidumbre, y juega un rol importante en los portafolios.

A lo largo de más de cinco mil años, el oro ha estado presente en la vida del hombre. Objetos fabricados con oro, que datan del IV milenio antes de Cristo, fueron encontrados en los Balcanes, provenientes de la necrópolis de Varna. En el Antiguo Egipto, en tiempos del faraón Dyer allá por el año 3000 a.C., también encontramos evidencia del uso de este metal precioso. Su resistencia, belleza, rareza, y el hecho que sea fácil para trabajar, hizo que muchos artesanos lo utilizaran para la fabricación de ornamentos en el pasado, y que se usara para tumbas de faraones, máscaras, estatuas, monedas y joyas. A lo largo de los siglos, el oro ha seguido despertando una extraña fascinación en el hombre. El valor emocional, cultural y financiero que tiene hace que muchas personas alrededor del mundo compren oro por distintas razones, a veces influenciados por factores socio-culturales, coyunturas de mercado local, o variables macroeconómicas globales. Símbolo de riqueza y distinción, el oro también es utilizado como reserva de valor económico perenne y fue, durante muchos años, referencia de los distintos sistemas monetarios.

Como metal, el oro tiene varias características que lo hacen único. Es considerado como el metal más maleable y dúctil que se conoce, y es un muy buen conductor de la electricidad. Como tiene una alta resistencia a las alteraciones químicas del calor, la humedad y a los agentes corrosivos, se usa mucho en joyería y para la acuñación de monedas. Al ser un metal blando, es frecuente que se hagan aleaciones con otros metales para que gane dureza. La pureza del oro basado en el metal aleado se mide en quilates, que representa el porcentaje de oro respecto a otros metales, en una escala de 1 a 24, siendo 24 quilates oro puro. Gracias a sus propiedades distintivas, también tiene varios usos industriales, utilizándose en electrónica, como en los teléfonos celulares y en los sistemas de rastreo satelital, en los motores de aviones de reacción, en fotografía, en odontología, en naves espaciales, etc.

Como reserva de valor, el oro ha demostrado ser un refugio durante muchos periodos de crisis, en donde la gente entra en pánico. Al ser un metal difícil de encontrar, incluso con la tecnología moderna, se convierte en un bien preciado. Se estima que todo el oro minado, a lo largo de la historia de la humanidad, cabe en dos piscinas olímpicas. Es tan escaso que el mundo produce más acero en una hora, que todo el oro producido en la historia. Alrededor del 48% del oro minado se ha utilizado en joyería, y se calcula que cerca del 40% está en manos de bancos centrales, instituciones oficiales e inversionistas privados.

Desde hace siglos, el oro ha sido considerado como medio de pago, incluso más confiable que muchas divisas emitidas por países y que sólo cuentan con el respaldo intrínseco de estos. A lo largo del tiempo, el hombre ha utilizado distintos activos como dinero: en las sociedades antiguas, utilizaban el ganado, por ello el término “pecuniario” procede de “pecus”, cabeza de ganado en latín. En la Roma antigua se usaba la sal como moneda, de ahí viene la palabra “salario”. Ya en el siglo IV a.C., Aristóteles nombraba cinco razones por las que el oro sirve como dinero: es durable, divisible, consistente, conveniente y tiene valor intrínseco. De hecho, dentro de los Acuerdos de Bretton Woods, que fueron las resoluciones de la conferencia monetaria y financiera de las Naciones Unidas realizadas en el complejo hotelero de Bretton Woods en New Hampshire en 1944, se adoptó un patrón oro. Mediante este acuerdo, el dólar estadounidense sería la divisa internacional, y Estados Unidos debía mantener el precio del oro en 35 dólares por onza. Se le concedió la facultad de cambiar dólares por oro a ese precio sin restricciones ni limitaciones y el resto de países fijarían la cotización de sus monedas con relación a aquella. Sin embargo, en 1971, el Presidente Richard Nixon declaró la inconvertibilidad del dólar en oro, terminando de manera unilateral con el acuerdo de Bretton Woods, por lo que el dólar se convirtió de facto en una moneda fíat respaldada por una imposición del gobierno americano y sin valor intrínseco, pero con un valor legal propio. Nixon tomó esa decisión por la simple razón de que Estados Unidos estaba quedándose sin suficiente oro para respaldar todos los dólares que había impreso. El problema del oro, si se quiere utilizar como patrón, es justamente que es tan escaso, y su suministro depende únicamente de lo que se pueda explotar en las minas, que la cantidad disponible no va a la par con las necesidades de las economías.

Pero esto último no quita los atributos que tiene el oro para los inversionistas: en un portafolio puede jugar un rol muy importante. No sólo nos ayuda en la diversificación de la cartera, ya que ha demostrado tener baja correlación frente a las acciones y bonos, sino que nos sirve como activo de refugio en momentos de incertidumbre, no tiene riesgo crediticio y nos brinda cobertura y protección contra la inflación, protegiéndonos contra la pérdida del poder adquisitivo del papel moneda en el tiempo. El oro puede ser volátil en el corto plazo, pero a largo plazo ha sabido mantener su valor, y en un entorno de tasas de interés en niveles mínimos y con cada vez más impresión de papel moneda por parte de los bancos centrales, e incremento en los gastos públicos, el oro puede terminar desempeñando un papel fundamental en nuestro portafolio diversificado.

Escrito por: Tomás Silva, gerente de estrategias de inversiones SURA Inversiones.

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