La era Trump: retos y oportunidades para América Latina
Publicado el 15 noviembre 2024
Los primeros días tras la elección de Donald Trump como próximo presidente de EE. UU. han sido vertiginosos para los mercados del continente. El índice S&P500, uno de los principales referentes de renta variable a nivel global, alcanzó niveles históricos al superar los 6,000 puntos, mientras se renuevan las preocupaciones inflacionarias en el contexto de una posible expansión fiscal estadounidense
El entusiasmo de los inversionistas estadounidenses responde a las promesas de recortes fiscales corporativos del presidente electo Trump, lo que podría mejorar los rendimientos de los accionistas. Sin embargo, esta visión optimista podría verse mitigada por la falta de planes alternativos para manejar el déficit fiscal, un factor de riesgo que los mercados no pueden ignorar.
En contraste, para América Latina, la llegada de Trump podría marcar un cambio complejo en las relaciones comerciales, migratorias y de seguridad. La incertidumbre podría generar volatilidad en los mercados locales hasta que su gobierno demuestre su enfoque, como destacó Joaquín Barrera, Director de Renta Fija e Inversiones de SURA Investments, durante nuestro SURA Advisory Forum 2024.
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Ildefonso Guajardo, ex Secretario de Economía de México, enfatizó que el pragmatismo de Trump puede generar oportunidades, siempre que la región adopte estrategias de resiliencia ante los retos por venir. Por su parte, la académica Viridiana Ríos ofreció una perspectiva alentadora al señalar que:
La experiencia pasada puede ser un activo para lidiar con el nuevo contexto.
Las claves: migración, comercio y seguridad
Durante el evento, Ríos señaló tres grandes desafíos que tendrá que asumir la región durante la administración de Trump.
El primero es la presión que va a existir para el control migratorio, para que los países latinoamericanos se conviertan en una válvula de contención que impida que los flujos continúen llegando hacia EE. UU. o que se conviertan incluso en tercer país seguro.
El segundo desafío tiene que ver con el comercio internacional, dadas las revisiones por las que pasará el Tratado de comercio de México, EE. UU. y Canadá (T-MEC) y las promesas proteccionistas de Trump, que podrían impactar a los países cuyas exportaciones dependen de EE. UU.
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Ríos advirtió que:
Se debe pensar en cómo vamos a mantener nuestras relaciones comerciales con Estados Unidos, ya no en una globalización sino en una regionalización que es el futuro del comercio, cómo vamos a contener políticas migratorias y cómo vamos a tener que trabajar con Donald Trump y ceder en algunas cosas para poder lograr una política más efectiva.
Y el tercer reto que mencionó la académica tiene que ver con la seguridad y los flujos de fentanilo, que afectan especialmente a México.
Sin duda veremos a un Trump con gran ímpetu por tratar de influir en que los países latinoamericanos sean más duros en sus apuestas en contra del crimen organizado.
La clave para los países latinoamericanos será adoptar un enfoque de regionalización, como sugirió Ríos, para fortalecer las relaciones comerciales, abordar la presión migratoria de manera equilibrada y mantener un diálogo con EE. UU. enfocado en el crecimiento económico y la seguridad mutua.