Asesoría en Inversiones

Megatendencias: El cambio en el orden económico mundial

Publicado el 13 febrero 2021

Con la crisis del coronavirus, todos los ojos se han puesto sobre China, al principio sólo para entender de dónde provenía este virus, pero luego por su sorpresiva rápida recuperación económica. Pasaron de ser vistos, en cierto modo, como los “causantes” de la pandemia a ser el país con un envidiado control de la enfermedad, superándola en tan sólo 3 meses. Y esto no es algo reciente, el gigante asiático ya viene hace unos cuantos años con un buen manejo de sus políticas, gracias a lo cual ha logrado una mejora en su productividad y poco a poco captando más protagonismo en la economía mundial.

Incluso, según datos del FMI, su PBI per cápita ha pasado de ser un 8% del de EE.UU. en el 2000, a ser casi el 30% en el 2018. Además, su último dato de producción total al 2018 fue de 13.6 billones de dólares, con un crecimiento constante interanual en un rango entre 6.5% y 7%, lo que ha hecho que se posicione como la segunda economía más grande a nivel mundial (después de Estados Unidos). Si bien aún es considerado como un mercado emergente, ya empieza a codearse con las grandes potencias del oeste: EE.UU. y Europa, y quizás, en unos años más, consiga desplazarlas. Asimismo, es el principal importador de materias primas a nivel internacional. Solo con ver las cifras se nota la relevante interdependencia comercial entre China y los demás países emergentes productores de materias primas, ya que tiene el 59% en la demanda de hierro, 50.3% en la de níquel refinado, 43.8% en la de cobre refinado y aproximadamente 45% en la de acero.

Recién con la pandemia se ha hecho visible el gran impacto que tiene el paro de la economía china sobre el resto del mundo y, por esta razón, es que ahora se habla bastante de un cambio en el orden de las economías, donde ya no priman las grandes potencias occidentales, sino las orientales. Asia, en el 2009, representaba el 28% de la clase media total a nivel mundial, pero en el 2050 aumentaría a ser alrededor del 66%, con lo que capturaría el 59% del consumo de la clase media global, según un reporte de expectativas para el 2050 de la reconocida consultora PricewaterhouseCoopers (PwC). De este modo, su presencia económica se fortalecería aún más.

Pero, la china no es la única economía que sorprende dentro del hemisferio oriente, otra economía que ha llamado la atención es la India. Esta región ha tenido un gran salto en su densidad demográfica y en su productividad en los últimos años. Contrario a China, la India se posiciona como un importante exportador de materias primas, particularmente de petróleo, y le debe una gran parte de su crecimiento económico a la implementación de mayores políticas favorables hacia las corporaciones. Citando nuevamente el reporte de la consultora PwC, es interesante ver como, para el 2050, se estima que la India se convierta en la segunda economía más grande, por debajo de China, pero por encima de Estados Unidos. En general, las 7 economías emergentes podrían crecer el doble que las economías desarrolladas.

Observando todo esto, sin duda, el mundo se encamina a una vuelta completa en el ranking de las potencias económicas, y aún más con un país como China que es el único con su economía ya reactivada al 100%, y con expectativas de un positivo crecimiento económico para este año (2.5%). Es así, que se genera la urgencia de estar preparados para esto, razón por la cual, la mayoría de inversionistas comienzan a implementar esta megatendencia en sus portafolios.

Lo bueno de esta alteración en el orden económico es que también dará lugar a un cambio en la competitividad entre las empresas y economías de los nuevos países líderes. De este modo, se forzará a las organizaciones a optar por nuevas formas de innovación, mayores aplicaciones de tecnología y eficientes estrategias de negocios. Lo cual, llevará a los inversionistas a enfocarse en aquellas empresas de los mercados emergentes que empiecen a aplicar más innovaciones tecnológicas o más inversiones en infraestructura, que vayan de la mano con satisfacer sectores específicos en crecimiento y altamente demandados en el consumo global.

Empresas que capten la alta demanda en alimentos, energías limpias, cuidado de la salud, red de telecomunicaciones y más. En otras palabras, organizaciones que avancen al ritmo de este nuevo mundo globalizado y que se anticipen a la evolución de los comportamientos ciudadanos.

 

Escrito por: Kathleen Fernández, analista de estrategia de inversión en SURA Perú.

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