Mercados aceleran su recuperación y registran mejor desempeño
Publicado el 22 julio 2021
Conforme avanza el proceso de vacunación contra el COVID-19, la recuperación mundial se va fortaleciendo principalmente en países desarrollados como Estados Unidos y Reino Unido, donde un porcentaje mayor de la población ya se encuentra inmunizada, mientras se espera que para la segunda parte del año el proceso se acelere en las restantes regiones del mundo.
Esta recuperación económica continuará mejorando hacia el tercer trimestre, cuando empezarán a destacarse aquellas regiones que se han mantenido rezagadas en los trimestres previos. Esto implicará pasar de un crecimiento liderado por Estados Unidos y China a un proceso en el que las restantes regiones desarrolladas y emergentes acelerarán su recuperación, como es el caso de Latinoamérica y Europa en general.
Frente a este escenario, si bien mantenemos preferencias por mercados desarrollados en vista de su proceso de vacunación más adelantado y mayores espacios de estímulos por parte de las autoridades, prevemos un mejor dinamismo en aquellas regiones que se han mantenido rezagadas en materia de rentabilidad.
Los mercados accionarios volvieron a presentar un mejor desempeño que la renta fija durante el segundo trimestre del año. Sin embargo, existen eventos de riesgo a monitorear, entre los que se destacan el avance de la variante Delta y la posibilidad de que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) modere la compra de activos, lo que podría generar eventos de volatilidad en los mercados. Frente a este escenario mantenemos nuestra preferencia por la renta variable respecto de la renta fija.
Por otra parte, la inflación presentó un mayor avance en el segundo trimestre, respondiendo a las disrupciones de la oferta, las alzas en los precios de los commodities y las bajas bases de comparación.
La recuperación a nivel global ha favorecido a los commodities a continuar con el ciclo expansivo.
El sector energético fue el que mayor crecimiento tuvo durante el período abril-junio. Dentro de éste, se destacaron el crudo y el gas natural con aumentos mayores al 20% y 45% respectivamente.
La gran mayoría de los metales también sufrieron movimientos ascendentes, aunque moderados, con un aumento del oro en el entorno del 3%. El hierro y el níquel fueron los elementos con mayor apreciación durante el segundo cuarto del año, con crecimientos del 13% y 8% según corresponde.
En tanto, en el sector agropecuario los movimientos fueron dispares. En los principales rubros de exportación en Uruguay, el arroz y la soja se mantuvieron estables mientras que el ganado en pie mostró un magro aumento en el entorno del 1%.
Pese al reciente incremento de la inflación, los bancos centrales han señalado que dicha trayectoria se enmarca en un proceso de subas temporales.
La inflación, de algunos países emergentes, ha llevado a los bancos centrales de los mismos a aumentar sus tasas, mientras que la Fed ha señalado, en el mismo sentido que prevé incrementar su tipo de interés hacia fines del 2022 y principios del 2023, lo que ha sido acompañado con discusiones entre sus consejeros en torno a modificar su programa de compra de activos.
En materia de bonos corporativos, la recuperación económica, el mejor desempeño corporativo y la alta liquidez generaron una nueva disminución en los spreads crediticios. A medida que la recuperación se afianza, prevemos que los instrumentos corporativos ofrecerán mejores perspectivas para el tercer trimestre del año, donde la deuda de menor clasificación de riesgo o High Yield se posiciona de mejor forma frente al escenario económico y de tasas de gobierno.
En la esfera local, hemos neutralizado nuestra posición entre referencias reales y nominales a lo largo de la curva de rendimientos. Esto se debe a que al igual que en el primer trimestre del año, el segundo estuvo marcado por una contracción de las curvas, aunque en este caso fueron las tasas reales las que tuvieron la mayor reducción.
El magro, aunque esperado resultado del producto para el primer trimestre del año, así como el impacto que tuvo la pandemia durante los meses de abril y junio, generó una mantención de las políticas fiscales y monetarias, que probablemente continúen hasta que se vislumbre una recuperación marcada de la actividad.