Por Ariel Nachari, estratega jefe de Inversiones de SURA Investments.
Nos acercamos al último trimestre de un 2024 que casi no ha tenido sobresaltos para las distintas clases de activos. El principal índice de acciones globales, el ACWI, acumula retornos de más de 17%, mientras el S&P500 transa en niveles máximos históricos con un 20% en el año. Para lograr estos desempeños, se han combinado una serie de elementos que han formado un escenario ideal para la inversión en activos de riesgos y que incluyen, por un lado, una inflación que se acerca de forma más decidida a la meta de los distintos bancos centrales, por otro lado, un crecimiento que ha mostrado una mayor resiliencia de la esperada de la mano del sector de servicios y el consumo. A lo anterior, se suman compañías de casi todos los sectores con utilidades crecientes, y ya no solo las relacionadas a la inteligencia artificial, y, por último, una Reserva Federal que ya comenzó un ciclo de recortes de tasas, adoptando un discurso más expansivo que el que se pudiese haber esperado hace tres meses. Esto último, desencadenando una caída importante en las tasas de interés de mercado a todos los plazos, que también ha generado ganancias de capital en la Renta Fija.
¿Hay fundamentos para creer que estas condiciones se mantendrán hacia fin de año y el inicio del 2025? ¿Qué es lo que hay que monitorear en los próximos meses? ¿Cuáles son los eventos clave a los que estar atentos?
Si bien el escenario actual es consistente con un aterrizaje suave de la economía, y por el momento una recesión no forma parte de casi ningún escenario central, hay elementos que se tomarán la agenda en los próximos tres meses y que podrían ser fuente de volatilidad para los mercados.
La pregunta más importante hoy para los inversionistas es: ¿a qué ritmo y hasta qué nivel se deteriora el mercado laboral norteamericano? Esto, después de años donde el cuestionamiento principal era sobre cuándo y a qué ritmo iba a retroceder la inflación. En los últimos meses, la creación de empleo ha disminuido y la tasa de desocupación en Estados Unidos subió hasta 4.2%. Si bien aún no alcanza niveles preocupantes, las altas tasas de interés presentes en el mercado, junto con un mercado laboral más débil, podría generar un desgaste del consumo e impactar en las proyecciones de crecimiento hacia adelante.
En segundo lugar, las elecciones en Estados Unidos serán el gran evento de noviembre. Los candidatos llegan casi empatados y también hay incertidumbre respecto a la distribución de las cámaras legislativas. Las agendas de Trump y Harris tienen diferencias marcadas, pero ambas implicarán un deterioro adicional de las cuentas fiscales norteamericanas. Esto es un potencial problema de mediano plazo. En el corto plazo, si bien se trata de un evento de alto interés y que podría generar volatilidad en los mercados debido a la incertidumbre sobre quién saldrá victorioso, ésta no debiese prolongarse en el tiempo.
En tercer lugar, China puede jugar un rol relevante. En la última semana se anunciaron una serie de medidas para apuntalar la economía, el sector inmobiliario e intentar levantar la confianza de los consumidores. Si bien hay consenso de que las políticas anunciadas podrían no ser suficientes, sí se trata de un cambio de tono que ha encontrado una respuesta del mercado (por lo mismo la bolsa China saltó 11% desde que las medidas fueron anunciadas).
Por último, quedan dos reuniones de política monetaria de la Reserva Federal, que acompañaran lo descrito anteriormente. El mercado espera 75pbs de recortes entre noviembre y diciembre, los que probablemente serán 50pbs si es que las condiciones económicas actuales se mantienen. De todas formas, el inicio del ciclo de recortes ya comenzó, eliminando una de las grandes incertidumbres del 2024.
En definitiva, hay razones para mantener exposición a activos de riesgo. Probablemente habrá mayor volatilidad hacia adelante mientras se resuelven los temas descritos anteriormente, sin embargo, no se avizora un cambio en las condiciones económicas suficientes como para establecer que en los próximos 3 a 6 meses nos acercaremos a una recesión o un mercado bajista.