En los últimos meses, el mundo está atravesando por un período de alta inflación, donde los estímulos sin precedentes y la disrupción en la cadena de suministros provocadas por la pandemia, llevaron a alzas en precios de los bienes y servicios de la economía a niveles no vistos en años. Sumado a lo anterior, hemos presenciado que desde la invasión de Rusia-Ucrania, ha comenzado a ser tendencia el comentario de que podríamos entrar en una etapa de estanflación.
¿Qué es la estanflación?
El término de estanflación se adoptó por primera vez en el año 1965 y corresponde a un período en el que la economía de un país no crece y al mismo tiempo registra un incremento continuo en la inflación. Se empezó a hablar de él en los años 70 cuando en buena parte del mundo occidental, el ‘boom’ económico de la posguerra se detuvo y la inflación estaba fuera de control.
En este punto, es importante a su vez recordar otro concepto: la recesión. Hablamos de una recesión cuando el Producto Interno Bruto (PIB) disminuye al menos durante dos trimestres consecutivos. Cuando una recesión va acompañada de alta inflación, el proceso se denomina estanflación.
¿Cuáles son sus principales características?
- Se da con una elevada inflación, así como un alto desempleo y una tasa de crecimiento moderada, estancada, o incluso negativa.
- El estancamiento provoca el empobrecimiento de los habitantes, lo que a su vez merma la demanda, produciendo un efecto “bola de nieve».
- Afecta gravemente (más que otros fenómenos) al crecimiento de los distintos sectores productivos.
- Suele venir precedida de shocks que generan desajustes en los mercados, entre oferta y demanda.
Consecuencias de la estanflación
Dado que hablamos de estancamiento y alta inflación, las consecuencias son las propias que tienen estos dos fenómenos por separado, pero agravadas dado su convivencia.
Por lo general cuando se habla de estanflación, se dice que es un fenómeno muy difícil de lidiar, esto porque las políticas monetarias restrictivas, que son aquellas que se utilizan para combatir y frenar la inflación, tienden a reducir el crecimiento de estas economías, ya estancadas. Y por el otro lado, las políticas monetarias y fiscales expansivas que se utilizan para estimular una economía estancada, a su vez, tienden a generar más inflación.
En definitiva, hacer frente a la estanflación debe hacerse en el marco de una estrategia integral que combine importantes y necesarias medidas de política económica para hacer frente a la inflación y el crecimiento, con una política fiscal y monetaria coordinada, teniendo en cuenta los daños colaterales.
Con la información disponible hoy, ¿Qué podemos decir?
A pesar de que en los últimos meses se esté mencionando recurrentemente la posibilidad de una estanflación, tenemos que reforzar los siguientes aspectos en relación a la actividad económica a nivel global:
- A la fecha continuamos viendo PMI´s Globales por sobre los 50 puntos, es decir en zona expansiva.
- Resultados corporativos han estado por sobre las expectativas del mercado.
- Bajos niveles de desempleo, siendo ya muy cercanos a los niveles pre-pandemia.
- Datos macroeconómicos sorprendiendo de manera positiva.
- Proyecciones de crecimiento por sobre las tendencias globales históricas.
Sin ir más lejos, la Reserva federal actualizó sus proyecciones económicas dónde reconocen una inflación por sobre su rango meta. Sin embargo, las estimaciones en cuanto al crecimiento se ubican por sobre el crecimiento tendencial de largo plazo. Por lo tanto, podemos ver que el Banco Central de la primera economía del mundo no estaría augurando un escenario de estanflación.